Juan Carlos «el Mono» Fontana, Ciruelo

enero 27, 2012 at 12:43 pm Deja un comentario

Juan Carlos Fontana, “el Mono”, constituye, ya, una pequeña leyenda de la escena del rock nacional. Nacido detrás de la batería en la encarnación original de aquella Madre Atómica de mediados de los setenta, cuando era poco más que un chico, saltó más tarde a los teclados y supo reunir y acompañar a otros músicos, muchos bien afamados y otros no tanto. Su momento de mayor popularidad y reconocimiento seguramente lo alcanzó junto a Luis Alberto Spinetta y una de las formaciones de Jade. Menos conocidos son sus discos solistas, que son dos: Ciruelo, de 1997, y Cribas, de 2006.

El segundo es más del tipo solo-piano y no nos resulta particularmente atractivo, pero el primero sí. Ciruelo es una grabación muy interesante en la cual, detrás de una aparente simplicidad y un aire que para algunos resultará repetitivo, si se para debidamente la oreja se va descubriendo un montón de trabajo, vueltitas y coloraturas. Es cierto que sigue habiendo algo de Lyle Mays (aunque el peso es menor que en el disco de Madre Atómica y algunas cosas de Jade) y del Weather Report-Joe Zawinul más étnico, sí, pero en todo caso Fontana toma esos materiales para amasarlos bien e ir sacándoles otros jugos y ecos, incluso con una resonancia experimental y arreglos llenos de cortes, pausas y sugerentes esperas antes que precipitadas carreras o excesos de sintetizador. Escuchen si no “Los pecados del mundo” o “Bahía Carmesí”.

En el álbum lo acompañó apenas Martín Iannaccone, en voces y cello (por ejemplo en la canción “Gente que aún duerme”), y mucho la variada percusión de Santiago Vázquez.

El aporte percusivo es particularmente notable en “Aquí, después”, donde la caja de resonancia sobre la que caen los sabios golpes es el propio cuerpo del ejecutante. Otra de las composiciones a destacar es la melancólica, extensa y llena de vaivenes  “Desertor”, y así también la más rítmica “Cuscus”. En fin, el rescate vale bien la pena.

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Hart Gore Frank Zappa con un hachazo en el ojo y una flor en el ojal

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