¡Sorpresa! Más de 70 empresas provenientes de la civilización occidental se anotaron para competir por el petróleo de Irak

Más de setenta empresas se acaban de registrar para competir por nuevos contratos petroleros y «ayudar a desarrollar» las reservas de oro negro de Irak. Las empresas incluyen a Royal Dutch Shell y a BP, entre otras. Seguramente ustedes están tan sorprendidos como nosotros por la información.

Los cinco años de Murat Kurnaz en el infierno de Guantánamo y una moraleja imperialista

Murat Kurnaz es un ciudadano alemán de origen turco nacido en 1982. En octubre del 2001 se le ocurrió viajar a Pakistán, poco después de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos. Se trataba de un viaje de peregrinación, según afirmó más tarde en declaraciones ante una comisión del Parlamento Europeo. Al poco tiempo de estar en Asia fue detenido por mercenarios, que, según las propias palabras de Kurnaz, lo vendieron «por entre 3.000 y 5.000 dólares a los americanos». Y así fue a parar a la cárcel de Guantánamo.

El año pasado fue puesto en libertad merced a la gestión de la canciller germana Angela Merkel. A partir de entonces Kurnaz le dio rostro ante la opinión pública alemana a la célebre prisión militar estadounidense donde estuvo internado durante cuatro años y medio por una “sospecha de terrorismo” nunca confirmada. Llegado a Europa incluso identificó en fotografías a los soldados que lo maltrataron, quienes podrían ser condenados a penas máximas de cinco años de cárcel, de acuerdo con algunas fuentes oficiales, las mismas que aseguran que su caso empezó a llamar la atención el año pasado luego de que se reveló que las fuerzas armadas estadounidenses lo detuvieron por años a pesar de haber reconocido su inocencia en privado apenas meses después de su captura.

La semana pasada Kurnaz (a quien en la primera foto se lo puede ver antes de ingresar a la cárcel de seguridad de la Bahía de Guantánamo y en la segunda en el momento de su liberación) declaró ante el Congreso de los Estados Unidos sobre el abuso y la tortura que sufrió estando “en custodia” de aquel país. Kurnaz habló vía satélite desde Alemania, y le dijo al Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes que fue golpeado, que le aplicaron choques eléctricos, le hicieron el submarino, lo hicieron pasar hambre y lo encadenaron a un techo durante días.
Kurnaz también afirmó que fue obligado a tomar medicación y fue sometido a abuso sexual y religioso.

Cuando se le preguntó al portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, acerca del testimonio de Kurnaz en el Congreso, dijo que no se le ocurría otra manera de responder que no fuera citando las palabras del presidente de los Estados Unidos, y George Bush, recordó, ha sostenido ya reiteradas veces que “Estados Unidos no tortura”.