Barack Obama refresca mejor (dice Le Monde Diplomatique)

Le Monde Diplomatique, el Dipló, incluida su edición en castellano, es una publicación que goza de cierto prestigio como una fuente de información no habitual y esperable en sus contenidos así como el nivel de sus análisis.

Su número 121, del mes de julio de este año, contiene una serie de artículos y comentarios dispersos acerca de la figura del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y su lectura depara una verdadera sorpresa tanto por su nivel ramplón como por el grado de exaltada celebración de las supuestas valientes transformaciones en la política imperial hasta ahora realizadas por el nuevo mandatario.

En su nota editorial Carlos Gabetta afirma “Barack Obama es sin duda alguna, junto a la evolución progresista de la mayoría de los países latinoamericanos, la novedad más positiva en esta época de convulsiones. (…) De cómo le vaya a Obama, de hasta dónde pueda o ser capaz de llegar dependen muchas cosas en el mundo (…) Pero si persevera, Obama pondrá en crisis el sistema política de su país…”. El uso del verbo perseverar significa aquí que ya esta transitando ese camino, ¿no?

El director de Le Monde Diplomatique España, Ignacio Ramonet, se manda un artículo que, citamos solo el título, ¿para qué más?, se llama “Obama, seis meses. Balance positivo”.

Serge Halimi, por su parte, cierra la serie en la contratapa con “Los primeros pasos de Obama”. Concluye: “Los intereses estratégicos estadounidenses permanecen extraordinariamente constrictivos para quienquiera sea el presidente del país, tributario, lo quiera o no, del papel de dueño del imperio. Los primeros pasos de Obama sugieren sin embargo que aun no ha olvidado por completo su pasado progresista en los barrios pobres de Chicago”.

En fin, analistas de tal fuste han elegido no mencionar los aviones no tripulados que las “fuerzas aliadas” envían cada día sobre el territorio y cada día siembran decenas de cadáveres, que la escalada que el ejército yanqui en estas horas lleva adelante en Afganistán es comprable a las acciones bélicas lanzadas otroras en Vietnam, que los “rescates financieros” que son el eje de la política económica yanqui de seguir alimentando el bolsillos de los poderosos, un más de lo mismo que se extiende a las reuniones del G-8… Esto para no tener que enlistar el curriculum de muchos de los funcionarios designados por la “renovadora” administración o el perdón hacia la tortura y los torturadores entre otras acciones patrióticas -a veces un tanto excesivas, es cierto- del pasado.

Quizás se trata de una novedosa maniobra estratégico-comprensiva, de esas que se alimentan de un muy fino, matizado y profunda entendimiento de la actualidad política latinoamericana y mundial a las que las mentes progresistas y amplias nos tienen ya acostumbrados, vaya uno a saber. Quizás sea mejor no dejerse enredar una vez más por las nobles declaraciones perdidas en el medio de cuidados discursos y devolver las palabras al contexto general de los hechos que son quienes, en definitiva, les brindan su verdadera significación.

Obama: un nuevo (y bien rápido) jalón en la hipocresía política de los burgueses

En 2005 el economista estadounidense, académico de la Universidad de Nueva York y ex funcionario del gobierno de Clinton, Jason Furman, publicó un documento titulado -agárrense de las manos- Wal-Mart: una historia de éxito progresivo. La «tesis» central del escrito argumentaba que -agárrense con más fuerza- ¡¡¡los precios bajos de Wal-Mart compensan los efectos negativos de los bajos salarios que paga a sus trabajadores!!!

Pues bien, la fábula sigue así. El hoy ya candidato a la presidencia de los Estados Unidos, Barack Obama, criticó a Wal-Mart en su campaña electoral e hizo varias referencias, durante su batalla por la candidatura demócrata, al tiempo en que su ex rival, la senadora Hillary Clinton, formó parte de la junta directiva de dicha empresa.

Ayer Obama designó al mentado Furman como su principal asesor en política económica. De inmediato le llovieron las críticas incluso desde los mismos sectores que lo apoyan y le reclaman que, al menos, guarde las apariencias. Obama podrá conservar a su lado a no a técnico tan sesudo, tal vez las protestas lo obliguen a tachar el nombre de la lista, pero aunque mañana lo haga el anuncio en sí ya dice mucho (todo) sobre la política que seguirá si llega a la -como irónicamente la llamaba Augusto Sandino- «famosa White House», ese antro.