Posts tagged ‘capitalismo’

El marxismo y la sociología clásica. Karl Marx, Max Weber y la crítica del capitalismo

“A pesar de sus diferencias innegables, Karl Marx y Max Weber tienen mucho en común en sus apreciaciones acerca del capitalismo moderno. Comparten una visión del sistema económico capitalista como un universo en el que ‘las personas son manejadas por abstracciones’ (Marx), donde las relaciones impersonales y los objetos [Versachlicht] sustituyen los vínculos entre los hombres, y donde la acumulación de capital se convierte en un fin en sí mismo y, en general, en una meta irracional”, escribió el especialista Michael Löwy en su bien interesante artículo Marx, Weber y la crítica del capitalismo.

El ensayo en cuestión puede leerse completo en http://www.internationalviewpoint.org/spip.php?article1106

julio 23, 2010 at 9:45 pm Deja un comentario

La creación de la gran propiedad agraria capitalista según Marx

En el tomo I de El Capital Karl Marx estudia el origen del modo de producción capitalista, o sea el proceso que se suele denominar de “acumulación originaria”. Dice allí en relación a la propiedad de las tierras del campo tomando como modelo el caso inglés y los métodos con que se forjó su concentración:

“Hemos visto que la usurpación violenta de estos bienes, acompañada casi siempre por la transformación de las tierras de labor en terrenos de pastos, comienza a fines del siglo XXV y prosigue a lo largo del siglo XVI. Sin embargo en aquellos tiempos este proceso revestía la forma de una serie de actos individuales de violencia, contra los cuales la legislación luchó infructuosamente durante ciento cincuenta años. El progreso aportado por el siglo XVIII consiste en que ahora la propia ley se convierte en vehículo de esta depredación de los bienes del pueblo. Aunque los grandes colonos sigan empleando también, de paso, sus pequeños métodos personales e independientes. La forma parlamentaria que reviste este despojo es la de los bills for inclosures of common (leyes sobre el cercado de terrenos comunales): dicho en otros términos, decretos por medio de los cuales los terratenientes se regalan a sí mismos en propiedad privada las tierras del pueblo, decretos encaminados a expropiar al pueblo de lo suyo.

La depredación de los bienes de la Iglesia, la enajenación fraudulenta de las tierras de dominio público, el saqueo de los terrenos comunales, la metamorfosis llevada a cabo por la usurpación y el terrorismo más inhumanos, de la propiedad feudal y del patrimonio del clan en la moderna propiedad privada: he ahí otros tantos métodos idílicos de la acumulación originaria. Con estos métodos se abrió paso a la agricultura capitalista, se incorporó el capital a la tierra y se crearon los contingentes de proletarios libres y privados de medios de vida que necesitaba la industria de las ciudades.”

abril 10, 2008 at 7:14 pm Deja un comentario

Reportaje a Pablo Rieznik

Pablo Rieznik es licenciado en Economía y profesor titular de esa especialidad en las facultades de Ciencias Sociales y Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. En los dos últimos años ha publicado dos libros que rápidamente agotaron sus primeras ediciones, Las formas del trabajo y de la historia y El mundo no empezó en el 4.004 antes de Cristo (Buenos Aires, Biblos, 2003 y 2005 respectivamente). Se encuentra entre los fundadores de la Asociación Gremial Docente de la Universidad de Buenos Aires y fue además, para las elecciones del pasado domingo 28 de octubre de 2007, candidato a senador en la ciudad de Buenos Aires por el Partido Obrero, organización en la que se desempeña políticamente desde hace décadas.

El lunes 22 de octubre estuvo en la casa de la calle Lambaré, allí en los estudios de FM La Tribu 88.7 de la ciudad de Buenos Aires, para charlar con el programa Desde el aula acerca de temas y problemas como los que siguen (y que tardamos unos meses en desgrabar, las disculpas del caso).

Desde el aula: -¿Te graduaste en Ciencias Económicas en la Universidad de Buenos Aires?

Pablo Rieznik: -No, me recibí en el exilio, en Brasil, en un espacio tan sacro como lo es la Pontificia Universidad Católica.

Pero antes de que la dictadura militar te obligara a exiliarte, ¿cursaste parte de tu carrera acá, en Buenos Aires?

Pablo Rieznik: -Un año solamente, 1968. Sólo esos doce meses fui un estudiante normal de la UBA, digamos; después la vida y esas cosas de la militancia política me anduvieron llevando de acá para allá hasta que tuve que irme a las apuradas..

La pregunta apuntaba a que confrontaras tu experiencia personal como estudiante con ese período de la UBA y las universidades argentinas en general que hoy se recuerda como una edad dorada, ese período que va desde fines de los cincuenta hasta medidos de los sesenta o comienzos de los setenta. ¿Pensás que realmente existió esa edad de Oro de la ciencia criolla o se trata más de un bluff, un recuerdo interesado que terminó convirtiéndose en sentido común para el periodismo y más allá también?

Pablo Rieznik: -La nuestra es sin duda una universidad muy contradictoria. De alguna manera siempre lo ha sido, y en el lapso que vos mencionaste se encuentra la universidad gorila, la universidad que se jactaba de ser un espacio de la ciencia y el pensamiento progresista cuando en la sociedad no se permitía decir la palabra “Perón”. Es cierto que hubo algunas cabezas pensantes, ciertos investigadores y científicos que hicieron algunos aportes importantes, pero nunca hay que olvidar esa marca histórica de nacimiento que cargó aquella universidad. Es el contenido político bien reaccionario de una universidad dominada por el “reformismo”, que era el nombre con que se designaba la hegemonía que tenían algunos sectores radicales y socialistas y el viejo Partido Comunista en el ámbito académico.

Claro que todo se degrada. Y ese pasado aparece hoy agigantado más por una luz que parte de la descomposición del presente que por los logros plenos de aquella etapa supuestamente gloriosa.

Esta idea común sobre la universidad de los sesenta de alguna manera se propaga sobre el conjunto del sistema de le educación argentino, sobre todo en su etapa fundacional, que sirve para cimentar también en este ámbito específico aquello de que todo pasado siempre fue mejor. ¿La Argentina alguna vez tuvo un sistema educativo “de avanzada”, igualitario, que fue pionero en el nivel mundial?

Pablo Rieznik: -De alguna manera Argentina fue igualitaria de conjunto, y por supuesto también en el ámbito de la educación, más allá de todos los matices que después podamos sumar a estas observaciones. Si no fuera así, no estaríamos haciendo hoy el balance de esta profunda e indetenible decadencia que vemos que se desarrolla día a día.

Esto que llamamos igualitarismo tenía naturalmente que apoyarse en una base material, objetiva, y también en ciertas cuestiones de índole subjetivo. ¿A qué me refiero? Por un lado éramos el granero del mundo verdaderamente y la renta agraria generaba carretillas de oro -algo similar al superávit fiscal del gobierno kirchnerista en la actualidad, aunque por otros motivos y en otras circunstancias-; y al mismo tiempo había un movimiento obrero muy potente. No olvidemos que la Argentina tiene un Partido Socialista, un primer partido obrero ya en 1896, cuando en la mayor parte del mundo era una posibilidad no muy inmediata. Ahora que se están conmemorando los noventa años de la Revolución Rusa, vale recordar que en 1898 se realiza el primer congreso de la socialdemocracia rusa y que queda en la historia como un encuentro frustrado en su intento por dar vida a un partido; habrá que esperar al segundo congreso, a la irrupción de Lenin y su ¿Qué hacer?, a la división entre mencheviques y bolcheviques, para que algo así se vuelva viable y se materialice en la organización que conducirá a la primera revolución obrera victoriosa de la historia. La última década del siglo XIX y la primera del XX son años de intensas luchas obreras en la Argentina. Hay aquí, entonces, dos elementos fundamentales que, de un manera gruesa, permiten explicar de dónde se nutren las raíces de ese igualitarismo, si se entiende bien y en su justa dimensión el cuadro que intento trazar.

Como en las coplas de Jorge Manrique, en el juego de luces y sombras de la historia aquel pasado argentino se ve desde hoy como un cielo radiante. Más tarde Argentina se convierte en un caso de escopeta. Como es citado cada tanto, Samuelson decía que había economías de cuatro categorías, yo las voy a convertir en tres para ser más ilustrativo: las normales, Japón y la Argentina. Japón se le aparecía a Samuelson como una flecha destinada a convertirse en la principal fuerza de arrastre de la economía mundial y la Argentina, después de un arranque promisorio, se había hundido inexplicablemente en un atraso ferocísimo.

Te cuento una anécdota familiar. Tengo un hijo, que es de la generación menor, que acaba de ingresar para hacer la secundaria en el Colegio Nicolás Avellaneda, una institución que alguna vez formó parte de aquel pasado luminoso, un colegio cargado de prestigio y con profesores notables que se peleaban para dar clases en sus aulas. Pues me sorprendo cada semana con las cosas que veo y enfrento a partir de la entrada de mi hijo en los estudios medios y su testimonio. Lo noto mucho más simplemente al contrastar esta experiencia con mis hijos de la generación anterior, que hicieron el secundario hace diez o quince años, ¡así de dramáticamente acelerado es el derrumbe! La situación es espantosa. Y estamos hablando de un colegio que no está perdido en el monte, donde las familias que mandan allí a sus chicos son gente de recursos medios por lo menos. El otro día -y el dato vale como síntoma- me contaban que en el colegio hay casi treinta chicas embarazadas, situación bien reveladora de la falta de prevención y contención, de una dejadez que, por supuesto es producto de cuestiones, ¿cómo definirlas?, previas a la consideración de cualquier fenómeno educativo real y efectivo. Hablo de cielos rasos que se caen, baños inundados, aulas de paredes electrificadas, etc. Ya que mencionábamos el igualitarismo, aquellas épocas del normalismo fundador de la educación argentina, a uno de los viejos monumentos de la educación igualitaria, el Mariano Acosta, se le vienen abajo los techos… Y esto en una ciudad que tiene una renta per cápita similar a la de Europa, no quiero imaginar lo que sucede en Santiago del Estero o Formosa. El deterioro es completo y mayúsculo.

Se trata de una descomposición que desborda a la educación, que alcanza, por ejemplo, a la salud y a la previsión social, y no sólo en Argentina sino en el mundo. ¿Cuáles son los factores que dan cuenta de esta situación generalizada?

Pablo Rieznik: -Está bien la pregunta porque me revienta esa suerte de mesianismo al revés que algunos practican y que consiste en definir a la Argentina como un país “no serio”, incapaz de hacer lo que hacen los países “de verdad”; y eso es una tontería. Basta ver lo que hace la juventud francesa cuando se harta de que la superexploten y sale a la calle y no deja un solo coche sin incendiar. Actitudes bien reveladoras del desasosiego y la falta de salida frente al maltrato constante. Mirá el caso de Chile, país que hasta no hace mucho los comunicadores nos ponían como ejemplo a seguir. Y hoy muestra un gobierno acorralado por los estudiantes secundarios que ocupan las calles y los colegios y se enfrentan con la policía en batallas campales. Decían que en el país trasandino la izquierda había sabido no tirar el bebé con el agua y que advirtió a tiempo que no toda la legislación que dejaba Pinochet era mala, que había que ser inteligente para evitar los enfrentamientos inútiles, que esto y lo otro, los socialistas y los demócratas cristianos y los herederos de Pinochet armaron un cocktail que terminó siendo nitroglicerina pura. Ni bien los hicos salieron a las calles quedó en evidencia la brutalidad que se esconde detrás de todas las “reformas” educativas llevadas adelante y que los someten a la peor brutalidad.

Es un fenómeno internacional porque en esta etapa el capitalismo necesita para sobrevivir alimentarse y destruir lo que había construido por décadas anteriores. Algunos compañeros con los que discuto no acuerdan totalmente con este punto de vista, pero creo que de conjunto es válido. Después de la Segunda Guerra Mundial el capitalismo se aprovechó de la destrucción de lo creado anteriormente y de la incorporación de la mujer al trabajo, eso lo “salvó”. Treinta años después se necesitan otros recursos para sobrevivir, como por ejemplo la expropiación de los aportes jubilatorios. La mayor parte de los jubilados argentinos gana unos 600 pesos, el haber ultramínimo, y algo similar ocurre en todo el planeta. Todas las condiciones de existencia del pueblo se han deteriorado. Es una época de pauperización universal que, bueno, la Argentina refracta según u n conjunto de peculiaridades que la constituyen.

Y esto en la educación es evidente. Las macanas para tapar lo intapable son increíbles e interminables. Se habla de “sociedad del conocimiento” pero vos leés cualquier artículo sobre Inglaterra o Francia y., cada uno a su nivel, ves ese desmoronamiento del que hablamos. Los desarrollos son desiguales, no todos los países “caen” desde el mismo lugar, pero la tendencia es la misma y apunta hacia la descomposición universal. Se trata de una cuestión estructural del capitalismo que, además, en la coyuntura, con el sacudón de las bolsas de comercio -que en estos días van a pegar un nuevo salto- está destinado a empeorar. Si viene un nuevo ajuste que Cristina Kirchner y sus distintos “opositores” burgueses pretenden ocultar y disfrazar, pero que es la respuesta a ese empeoramiento en lo inmediato. Ya hubo un corralito en Inglaterra, un síntoma; en Francia los trabajadores han salido a frenar los recortes que intenta imponerles Sarkozy, otro síntoma, y así siguiendo. Se trata de evidenciar la situación, analizarla y buscar una vía que permita la superación del problema, y no disfrazarlo o derivar la discusión hacia algún otro tema menos denso.

Daniel Filmus, el ex ministro de Educación, impulsó hace no mucho una Ley de Financiamiento Educativo, luego una nueva Ley de Educación Nacional, y se anuncia para lo inmediato una nueva Ley de Educación Superior que llega ahora nomás de la mano del nuevo ministro, Juan Carlos Tedesco. Según el gobierno estas normas permitirían frenar y erradicar aquello que el “neoliberalismo” había traído consigo ¿Estas son las macanas a las que te referías?

Pablo Rieznik: -Se trata del peor gatopardismo con la piel de un cambio legislativo de lo más superficial. Y no quiero meterme a despotricar contra el fetichismo legislativo, pero ninguna ley va a mejorar la educación. El otro día lo dijo con gran cinismo, quizás proveniente de su formación, Narodovsky, hombre de Mauricio Macri. En un debate dijo: Déjense de joder con las leyes, acá se trata de hacer”, claro que él no va a hacer con Macri, ¿no?

Desde 1992 hubo una gran movilización docente y estudiantil para frenar a la Ley federal de Educación, y el argumento mayor que usó la burocracia sindical cterista para frenar las movilizaciones y huelgas fue que el menos esa ley propiciaba un aumento del presupuesto educativo al 6 por ciento del PBI. Y ahora vuelve utilizar el mismo argumento para apoyar a Filmus y sus leyes. Pero ese porcentaje no se cumplió ayer no se cumple hoy ni se va a a cumplir jamás, está dispuesto además en la letra de la ley de una manera que lo vuelve incontrolable en su cumplimiento… Es decir que la novedad de estas leyes de Filmus es repetir lo mismo que aquellas leyes de Susana Decibe (de quien Filmus era asesor). Es lo mismo. Otro tanto va a ocurrir con la nueva Ley de educación Superior que está destinada a reproducir la anterior con el agregado, bien de la época, de algún fundamento vago y general de tinte progresista. Lo que se busca es reducir los estudios de grado y arancelar los posgrados y que se evolucione hacia una desigualdad educativa natural a una educación privatizada, con la fragmentación y las disparidades entre regiones y provincias que es dable esperar, y que cada vez serán mayores. No hay nada, y nada tienen para decir.

Esta campaña electoral 2007 es bien reveladora al respecto. El otro día lo vi a Filmus debatiendo en televisión con los candidatos a Educación de otros partidos y la conclusión que saque es que cualquier docente con mínimo temperamento y decisión que se le pare adelante le rebate en un segundo cualquier argumento y le impone al verso la realidad de las aulas. Es una vergüenza que un tipo así sea Ministro de Educación, y no porque no esté preparado -sobre eso no quiero opinar porque tampoco se trata aquí de encarnizarse con ningún individuo- sino porque la política hegemónica que teneos no da aire más que para repetir vu8lgaridades todo el tiempo.

Pintado así el panorama es por demás desalentador. Vos sos un hombre político así que, pese a lo duro que el presente aparezca alguna salida debe ser imaginable, alguna dirección hacia donde moverse en medio de la catástrofe.

Pablo Rieznik: -Lo único que existe y vale es la capacidad de organización para resistir y construir una alternativa que proviene de la movilización de los docentes, los estudiantes, los padres que se juntan en las cooperadoras. Para saltar la encerrona entre optimismo versus pesimismo me gusta citar aquel aforismo de Spinoza que alguna vez fue afiche del Partido Obrero y que dice: “Ni llorar ni reír, comprender”. Se trata, por lo tanto, de hacer un buen diagnóstico de lo que ocurre y lo que se viene, y a la vez concluir que sin una organización propia, independiente, que denuncie toda esta lacra no vamos a ningún lado. Sin eso hay que ser pesimista, con eso podemos tratar de resistir y buscar entre todos una salida, torcer el rumbo de las cosas. Partiendo del reconocimiento básico que el principal problema que enfrenta la educación es previo a la educación en sí, tienen que ver con la estructura que la sostiene y posibilita su funcionamiento, o sea que no son específicamente educativas, pedagógicas. Acá hay que invertir para arreglar los techos y tener cuidado que el que arregla l techo cobre 10 por lo que vale 1 puesto que es primo o amigo del ministro, y encima en vez de cemento usa telgopor y a los tres meses tenemos el problema otra vez y la plata ya no está.

Hay una rebelión profunda que cruza el mundo educativo, más o menos consciente, más o menos intuitiva. La semana pasada hubo un paro en la ciudad de Buenos Aires y otro en el Gran Buenos Aires, porque el gobernador Solá los quiere arreglar con un miserable 7 por ciento de aumento. Frente a situaciones así hay que salir a la huelga, a pelear. Hay muchas provincias están de paro hoy, y a lo largo del año Salta, Jujuy, Santa Cruz, Neuquén manifestaron masivamente esa misma voluntad de combate. Los docentes en lucha marcan el camino mientras que la dirección sindical cterista se encolumna abiertamente con el gobierno, de una manera vergonzosa usa el asesinato de Carlos Fuentealba con ese fin.

En la Universidad de Buenos Aires hay una campaña feroz para erradicar a la izquierda de la Federación Universitaria de Buenos Aires y no lo han logrado. Han tenido que mentir los diarios para que la cosa parezca como un retroceso de la izquierda y las autoridades apelaron al fraude para conseguir sumar consejeros a su política En mi facultad los postulantes por los estudiantes a jefes de departamento en Sociología y Comunicación, Christian Castillo y Carlos Mangone, obtuvieron una votación inédito, una mayoría que nunca habían alcanzado antes. Son todos datos demostrativos. Eso ocurre en mi facultad, la de Ciencias Sociales, donde de hecho se crea una situación de ingobernabilidad en una Universidad de Buenos Aires en la que el “progresismo” se ha aliado con el shuberoffismo. Y esa fuerza de conjunto existe y está en desarrollo aunque el domingo pueda no advertirse en medio de las cifras y la propaganda eleccionaria oficial.

El otro día un colega tuyo volvía con la pregunta de por qué la izquierda tiene una votación tan marginal, yo le respondí que se debía a que de hecho estamos proscriptos en los grandes medio, que no tenemos recursos, etc.; pero el periodista insistió con que lesa no debía ser la única razón, que debía haber una causa más “compleja”, y como me tenía un poco cansado le dije: “Mirá, vos conseguime el avión presidencial y los recursos para que yo pueda hacer una campaña como la que hacen los partidos patronales y después, con los resultados de la empiria en la mano, discutimos si hay razones más complejas o no y cuáles son…”.

Creo que hay una percepción generalizada de que esta elección es un fraude y más allá de la conciencia o no que se tenga sobre este hecho, está bien que la gente lo perciba así. Pero hay algo más todavía, y es que aquellos que te quitan la educación, te recortan la salud, te pagan dos mangos por tu trabajo y te quitan la jubilación, también te expropian el voto, te siguen explotando en el cuarto oscuro. Nosotros creemos que hay que impedir que eso ocurra, hay que lograr que la mayor cantidad de personas aproveche la oportunidad aunque se trate de una hendija, para apoyar la construcción de una fuerza transformadora, socialista de verdad, organizada, que esté metida en todas estas luchas de las que antes hablamos que los estudiantes, los docentes y todos los trabajadores libran diariamente.

Hay una fuerza creciente. Se trata de tener un poco de lucidez y otro poco de paciencia.

Una página de El mundo no empezó en el 4004 antes de Cristo. Marx, Darwin y la ciencia moderna (Buenos Aires, Biblos, 2005, 112 páginas.)

La alienación actual del trabajador científico, no sólo respecto de los procesos de trabajo sino respecto de su producto, es resultado de la producción mercantil capitalista. En tanto la ciencia se incorpore en este sistema como fuerza de la producción y -como dice Marx en la cita con la que comenzamos este trabajo- el trabajador y su prole sigan siendo bajo las ruedas del mítico capital, la organización social se seguirá efectuando a través de las relaciones sociales portadas en la mercancía. Lo que actualmente sigue siendo clave para estudiar las ciencias en nuestra sociedad es la forma en que el metabolismo social organiza su producción; es decir, el punto es el del movimiento contradictorio de las leyes de acumulación del capital y su manifestación en la lucha de clases, y no la fantástica lucha por el conocimiento, abstractamente localizada en la “ciencia” que modelaría la sociedad, como pretende Bell.

La producción de conocimiento científico, en consecuencia, está regida por las leyes dl movimiento del capital. El control que tiene el científico sobre su trabajo individual es la contracara de un trabajo social que no controla. Esta contradicción cobra la forma propia de todos los trabajos en el modo de producción capitalista. Si por una parte los trabajadores son libres y disponen de su voluntad para vender su fuerza de trabajo, por otra no tienen los medios de producción y, a medida que el capitalismo avanza,, cada vez controlan menos directamente el proceso social de su propio trabajo, con el cual sólo se relacionan a través del intercambio de mercancías. Quien usa esa fuerza de trabajo en la producción es el que tiene los medios de producción científica. La ciencia en el proceso de producción funciona como fuerza productiva directa o indirecta al potenciar la productividad del trabajo. Está sí cristalizada en máquinas que acortan el tiempo de trabajo necesario para la producción de la fuerza de trabajo o en tecnologías de coacción y dirección del proceso laboral. La ciencia es también una fuerza de trabajo que produce directamente mercancías, por ejemplo, cuando la información que produce es una mercancía o cuando ella es directamente tecnología, como en el caso de la biogenética, o cuando produce fuerza de trabajo cualificada, que es también una mercancía. También produce servicios, es decir, esa mercancía que tiene la particularidad de ser consumida en el mismo momento en que se produce; sería el caso de algunas clases que dan profesores privados o consultorías científicas servidas a empresas. Actúa además como porción del trabajo social necesario para la producción de mercancías aunque no las produzca directamente. Esto es más fácil de ver en los desarrollos de ciencias básicas de los departamentos de investigación y desarrollo de una fábrica, pero el que sea el Estado el que lo haga no cambia esta cuestión. ¿Qué produce en este caso? Produce teorías que serán utilizadas en tecnologías presentes o futuras. De más está decir que incluso las teorías nunca aplicadas son partes necesarias del desarrollo del trabajo científico global, así como los residuos son necesarios y entran en la producción del valor de una teoría. Incluso la producción de información plagiada, de distorsiones, fraudes y basuras seudocientíficas entre en la forma en que este sistema organiza anárquicamente la ciencia. De tal modo la actividad de los científicos tiende a participar en el proceso de organización de la producción social como cualquier otra fuerza de trabajo. Se pueden consultar al respecto los interesantes trabajos compilados por Hilary Rose y Steven Rose (La economía política de la ciencia, México, Nueva Imagen, 1977) sobre la economía política de la ciencia para ver en forma más detallada cómo aun los procesos de producción de información científica han sido mercantilizados y cómo se han ido acortando los tiempos entre producción y aplicación. El trabajador científico cae bajo las generales de la ley y su conciencia es la conciencia de un trabajador. Sus potencias sociales también están portadas en los productos de su trabajo, tampoco ellos son dueños de sus medios de producción y también se relacionan a través de la venta de su fuerza de trabajo. La conciencia enajenada es un producto de la manera en que las relaciones sociales de producción se organizan a través del intercambio de mercancías.

Una página de Las formas del trabajo y la historia. Una introducción al estudio de la economía política (Buenos Aires, Biblos, 2003, 158 páginas.)

El asombro, la apariencia y la esencia

En particular la sociedad moderna, en lo que se refiere a la órbita especial de la producción de la vida material del hombre, presenta muchas cosas “asombrosas”. Una ciencia debe poner de relieve esos asombros, o esas contradicciones. . Esa opacidad, ese asombro, esa contradicción, son propios de la sociedad moderna y no de una sociedad anterior, en lo que tiene que ver con el ámbito de la economía. Por ejemplo, en la época precapitalista la gente se podía morir de hambre porque había una mala cosecha. No había alimentos, no se podía comer, y sin comer no se pueden hacer muchísimas otras cosas. Eso es más o menos transparente, cristalino; su entendimiento no amerita una ciencia particular, salvo la que tiene que ver con la agricultura, el clima, etc. En la época moderna, en cambio, puede llover, cosecharse mucho, producirse una enorme cantidad de alimentos, y… está todo mal: los precios caen, las mercancías son invendibles; como consecuencia de esto, y de otros fenómenos que se llaman “macroeconómicos”, la depresión inunda el ámbito de la producción, los salarios caen, crece la desocupación y la gente deja de comer… porque sobran alimentos. Es “asombroso”.

Por supuesto, ele ejemplo que doy es un ejemplo que está en el centro de la realidad económica mundial contemporánea. Las estadísticas oficiales hablan de que en el planeta Tierra hay 33 por ciento de seres humanos que pasan hambre.. Si las cosas siguen así tal vez se produzca una transformación biológica y ellos se van a convertir en una subespecie con características peculiares. Esto ya está sucediendo en algunos países del mundo. Porque de tanta desnutrición, maldad, opresión y explotación, cuando uno es chiquito, si no lo estimulan, si no come, y sobrevive, el cerebro se atrofia, la estatura no puede pasar de cierto límite y el individuo se transforma en una suerte de animal que llamamos “humano” por su analogía morfológica con otros seres que son auténticamente humanos, pero que ya no es totalmente humano. Y al mismo tiempo que sucede esto, en el mundo “sobra” de todo en materia de capacidad productiva.. Sobreproducción y miseria social: polos de una contradicción que provocan asombro y uno de los grandes temas que reclaman la indagación científica. Tan significativa es la cuestión que incluso se encuentra en el límite, como veremos, de lo que la economía clásica o convencional puede explicar.

Como retrato de esta miseria social que recorre el planeta se puede mencionar lo que sucede con el sida. En el mundo, en el umbral del siglo XXI, se estima que habrá aproximadamente 40 millones de enfermos de sida. De ellos, 30 millones, aproximadamente, viven en África, donde rápidamente vamos a tener ya no una subespecie humana sino un genocidio monumental. En la industria farmacológica mundial está muy avanzado el descubrimiento, sino de una vacuna, de drogas que puedan disminuir mucho el efecto terrible de esta enfermedad. Pero, según lo que se lee en la prensa, éstas sirven para combatir el tipo de enfermedad existente fundamentalmente en los Estados Unidos, donde hay 600 mil de los 40 millones de infectados por el virus del sida. Hace poco, por ejemplo, se conoció una noticia que tiene que ver con las cosas “asombrosas” que pasan en nuestro mundo. Parece que frente a este genocidio en África del Sur decidieron que el Estado va a fabricar el remedio para el sida. Entonces el costo unitario de derrotar al sida va a bajar de 1.200 dólares, cuando a la vacuna la fabrican empresas farmacéuticas privadas, a 40 dólares, cuando son hechas por el Estado. Este solo dato sirve para derribar un mito –de los tantos que vamos a tener que derrumbar aquí- de que el Estado es ineficiente y lo privado es eficiente. Como retrato genérico vale para plantear algunos de los “asombros” o de las contradicciones que exigen una investigación particular sobre cómo es la producción de la vida (y de la muerte) en esta sociedad.

marzo 23, 2008 at 12:21 pm Deja un comentario

¡Gran triunfo nac & pop en ciencia y técnica! El Banco Mundial y el BID de rodillas frente a la viveza criolla

El viernes 22 de febrero se reunieron con las autoridades del Ministerio de Ciencia, Técnica e Innovaciones Productivas una treintena de investigadores en representación de diferentes organizaciones e instituciones que reúnen a los jóvenes becarios que hace tiempo ya vienen luchando para ser reconocidos como trabajadores, con todas las consecuencias que una relación laboral estable supone. Según el comunicado que emitieron después de la reunión poco fue lo que en ella cosecharon, aunque sí algunas frases oficiales que ya forman parte de la mejor antología que ilumina la naturaleza de nuestros gobernantes.

De acuerdo con el escrito de difusión, ante la inquietud de los Jóvenes Científicos Precarizados acerca de la participación del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el financiamiento y el diseño de las políticas de ciencia y técnica de la Argentina, el ministro, doctor Barañao, sostuvo que los mismos ofrecían posibilidades beneficiosas ya que ahora “son los organismos de crédito los que se adaptan a lo que deciden los funcionarios”.

O sea que aquellos que ayer nomás impusieron en el planeta los modelos de educación y fomento de la ciencia y técnica más convenientes a su “entrada en negocio” y el beneficio de los países centrales, finalmente se han dado cuenta de los errores cometidos y en la actualidad comen de nuestra mano tercermundista.

Los gringos, como sabemos desde siempre, en verdad son unos boludos, y bastan un par de gritos nacionales y populares para ponerlos en vereda. La viveza criolla no conoce límite.

marzo 15, 2008 at 9:57 am Deja un comentario

Iluminaciones

Cuando se presta atención a la crisis financiera y económica que el mundo, los Estados Unidos principalmente, está atravesando en estos días, de pronto muchas cuestiones que hasta ese entonces habían sido consideradas únicamente como el producto de un acto demencial o desde el sencillo ángulo del beneficio rápido para algunas empresas y empresarios, hechos como las matanzas en diversas regiones de África, Guantánamo, el genocidio lanzado por Israel sobre los palestinos sitiados en Gaza, la hambruna y los homicidios en masa perpetrados por los ejércitos de las naciones avanzadas en Afganistán, Haití e Irak, de pronto se iluminan de una manera diferente y adquieren otra dimensión. Lo que está en juego es nada más y nada menos que la supervivencia del capitalismo.

febrero 4, 2008 at 1:58 pm Deja un comentario