La escuelita zapatista, sus alumnos y maestros

agosto 20, 2013 at 4:30 am Deja un comentario

(Por Marta Molina, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, 17 de agosto de 2013)- La primera generación de alumnos de la primera escuelita zapatista se va con una tarea importante y una gran responsabilidad: trasladar a sus colectivos y movimientos lo que aprendieron durante cinco días en las comunidades y familias que les acogieron. A partir de hoy, 1.700 personas de México y de otros países del mundo tienen quizás los deberes más difíciles de hacer: trabajar para organizar sus movimientos y ejercer la responsabilidad colectiva de seguir luchando ahora, con todo lo que se llevan, de lo que vieron y vivieron con los zapatistas.

El día en que se inició la Cátedra Tata Juan Chávez Alonso en el CIDECI de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, que reunió a representantes de los pueblos originarios de todo México convocados por el EZLN, llegaron algunos de los alumnos que en los últimos días estuvieron escuchando y aprendiendo con familias zapatistas qué es la libertad y la autonomía.

Los alumnos de la escuelita zapatista se van con deberes

Mientras los pueblos en resistencia y lucha por la defensa de sus territorios –sea por la amenaza de empresas transnacionales, narcotráfico, gobierno– compartían sus victorias o sus errores organizativos, gente de todo el mundo llegaba al mismo espacio desde donde partieron para la Escuelita. Sus rostros cansados no podían esconder la emoción de haber sido parte de la primera generación de “egresados” que no obtienen un título de graduación pero si una responsabilidad mayor que la que te da un papel que demuestra tus logros académicos. Aquí los egresados serán los que se lleven con ellos unos deberes que les ocuparán toda la vida, hasta que su movimiento se organice, hasta que su comunidad sea más libre.

Algunos regresaron con ampollas en las manos de usar por primera vez el machete para trabajar en el campo. Otros, junto con la familia con las que les tocó convivir, se levantaban escuchando tojolabal, chol, tzeltal, tzotzil antes de la salida del Sol para hacer tortillas –para algunos, la primera vez–, a cocinar, a preparar el pozol para los compañeros que se iban a trabajar la milpa, a cortar y cargar la leña. Desayunaban juntos frijoles, tortillas y compartiendo experiencias, desde las más sencillas hasta las más complicadas entendiendo que su resistencia viene de las propias familias, ya desde niños.

“Ellos cuidan la madre tierra porque es lo que les brinda la comida. En las ciudades lo compramos todo en frascos y no sabemos ni de donde viene. Esto también es parte de la libertad”, comenta Marcos, de Argentina cuando le preguntamos si ya nos puede decir qué es la libertad según los zapatistas.

Leer la crónica completa aquí.

Entry filed under: Reportajes y otros modos de la palabra ajena.

Reportaje a Horacio Catena, secretario gremial del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación Fueguina (SUTEF-CTA): «es evidente que la criminalización no es solo un eslogan» Denuncian penalmente a la docente que impidió el «allanamiento» policial de una escuela de Cipolletti

Deja un comentario

Trackback this post  |  Subscribe to the comments via RSS Feed