Soberbia, de William Somerset Maugham

febrero 5, 2013 at 10:17 pm Deja un comentario

William Somerset Maugham, Soberbia, novela, Barcelona. LARA, 231 páginas, traducción de J. Romero de Tejada.

Un aprendiz de escritor, que asoma al comienzo del relato, asume la primera persona y el papel de testigo privilegiado del drama por venir; ocurre que queriendo acercarse a las editoriales termina topándose con la familia Strickland: mr., mrs. y un par de hijos el mayor de los cuales y varón, Robert, terminará en la Universidad de Rugby y convirtiéndose él también en escritor para honrar la memoria de su padre.

William Somerset Maugham, Soberbia

Ocurre que un día, de buenas a primeras, Charles Strickland, para escándalo de la opinión pública cercana, deja plantada a su familia y se marcha a Europa, al parecer junto a una joven y exuberante mujer. Sin que se entienda bien por qué, el narrador es encomendado por la llorosa mujer abandonada para que vaya a buscarlo. En París se enterará de que en realidad no hay tal femme fatale, que Charles no piensa pasar un peso a su esposa e hijos sencillamente porque no tiene un mango, y que lo único que busca es aprender pintura y disfrutar una gozosa soledad creativa. Hay allí otros ingleses que tratarán de ayudar al narrador en su empresa de convencer a Charles para que vuelva a su convencional redil, pero ellos también fallan, y para peor. Sucede que el miembro femenino del matrimonio Stroeve, Blanche, quien afirma inicialmente odiar a Charles, finalmente se va a vivir con él y como ella se toma el asunto más en serio que su partenaire masculino, pues acaba suicidándose, para desconsuelo de su esposo Dirk que no entiende cómo puede haber pasado lo que pasó.

El narrador se trenza con Charles descerrajándole pesadas peroratas morales que al otro le resbalan absolutamente. Strickland va a vivir a Marsella y más tarde, medio de casualidad medio intencionadamente, lo sigue hasta Tahití. Allí, a través de testimonios varios reconstruirá los años anteriores de su biografiado, la relación con Ata y el hijo resultante, la comunidad miserable a la que se integra y los cuadros maravillosos que compone en su madurez. Allí, en su pobre choza, Strickland se muere después de contraer la lepra, y se convierte en leyenda.

Volvemos entonces al comienzo, donde el narrador explica el por qué de su biografía. Sucede que ya se han sucedido unas cuantas –entre ellas las del mentado hijo, Robert– que foguean sin cesar la grandeza del mito. Al revés, él se considera el único que puede verdaderamente hablar de su genio, precisamente porque lo conoció a través de sus actos más despreciables y humanos.

The moon and sixpence

Llena de una ironía que alimenta el narrador en primera que ya se enamora ya siente repugnancia por quien constituye la materia y la causa de su relato, Soberbia (The moon and sixpence en el original inglés de 1919) es una novela bien interesante; carece de la gravedad y la ambición de otras obras de William Somerset Maugham (Inglaterra, 1874-1965) pero, y quizás por ello, ofrece un fresco y atractivo andar novelesco que no le saca el cuerpo a la problemática relación entre el artista y su sociedad.

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